Horrible consejo de fitness: «Si yo puedo hacerlo, tú puedes hacerlo».

No hay dos personas exactamente iguales.

Como coaches, podríamos pensar que estamos comparando manzanas (nuestra vida) con manzanas (la vida de nuestro cliente). Pero lo más probable es que nuestro cliente sepa que es una naranja… y se sienta incomprendido y alienado, normalmente por una (o todas) de las siguientes razones.

#1: Los antecedentes de una persona influyen en su salud.

Cosas como el lugar donde nacemos, cómo crecemos, y lo que hacemos para el trabajo dan forma a cómo comemos, nos movemos y vivimos. También afectan a nuestra capacidad de cambiar a mejor.

Técnicamente, estos factores se denominan determinantes sociales de la salud. Y pueden influirnos positiva o negativamente.

Algunos ejemplos de determinantes sociales son

  1. Ingresos
  2. Educación
  3. Estabilidad laboral
  4. Condiciones de trabajo
  5. Acceso y seguridad alimentaria
  6. Vivienda y entorno
  7. Desarrollo de la primera infancia
  8. Comunidad social
  9. Entorno vecinal
  10. Acceso a una atención sanitaria asequible y de calidad

Según la Organización Mundial de la Salud, los determinantes sociales pueden ser más importantes que las opciones de estilo de vida a la hora de influir en la salud.

Así es como esto puede ocurrir con los clientes.

Le dices a alguien que vaya al gimnasio. Si usted puede hacer el esfuerzo de ir al gimnasio con su apretada agenda, también puede hacerlo su cliente, ¿verdad?

Pues no, no necesariamente.

Especialmente si trabajan muchas horas y no tienen guardería.

O tal vez le sugieras «más verduras» a un cliente virtual.

A ti tampoco te gustan las verduras, dices, pero si tú puedes encontrar una manera de comerlas, tu cliente seguro que puede hacerlo. Pero su cliente vive con su suegra, que cocina todas las comidas principales, que suelen incluir pocas verduras. En la casa de su cliente, todos agradecen a la cocinera, les guste o no la comida.

¿Tiene su cliente algunas opciones? Claro, pero no tantas como alguien que tiene más control sobre su plato.

Hay miles de formas en las que los determinantes sociales de la salud pueden hacer que lo que es posible para usted (con algo de esfuerzo) sea directamente imposible (o mucho más difícil) para otra persona. Algunos determinantes sociales de la salud son realmente difíciles de reconocer, sobre todo si no se ha puesto en la piel de esa persona. Así que preste atención a esta regla general: No haga suposiciones.

#2: El cuerpo de cada persona es único.

Supongamos que usted y su cliente tienen las mismas circunstancias sociales.

¿Está bien decir «si yo puedo hacerlo, tú puedes hacerlo»?

Alerta de spoiler: No.

Porque la genética también influye.

Digamos que eres una persona que engorda fácilmente. Para ti, mantener un físico delgado y atlético significa trabajar duro en el gimnasio y vigilar de cerca tu nutrición.

Por supuesto, esas dos cosas requieren esfuerzo. Quizá mucho esfuerzo.

Pero, ¿una persona a la que le cuesta más construir músculo y que tiende a almacenar grasa alrededor de la cintura gracias a sus genes?

No va a obtener los mismos resultados que usted, aunque coma y haga el mismo ejercicio. Esas son las cartas genéticas que les han tocado.

Así que no, no pueden «hacerlo» sólo porque tú puedas.

#3: Algunas personas tienen más suerte que otras.

La mayoría de las personas que han trabajado duro para llegar a donde están no quieren admitir que el universo podría haberles ayudado un poco.

Imagina esto: Eres un atleta que compite en los Juegos de CrossFit.

El entrenamiento final -el que decide quién ganará- resulta estar centrado en el deadlift, algo en lo que eres especialmente bueno. (Si se tratara de snatches, la situación sería totalmente diferente).

Cuando ganas los CrossFit Games después de ese último entrenamiento, no significa que no hayas trabajado duro. Pero, ¿también te has beneficiado de la suerte del sorteo? Sí.

Tal vez un ejemplo más relacionado: Tal vez conociste a un entrenador o a un amigo -justo cuando estabas listo para hacer un cambio- que revolucionó tu forma de pensar sobre la nutrición y el fitness. Y eso te pone en el camino hacia un estilo de vida más saludable.

En un universo alternativo, en el que no hubieras conocido a ese increíble entrenador en el momento adecuado, podrías haber tardado mucho más en llegar a donde estás hoy.

La cuestión: No descartes el efecto «lugar y momento adecuados».

 

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