Mucha gente (tal vez usted o sus clientes incluidos) la utiliza debido a las afirmaciones de que puede mejorar la salud de la piel, el cabello, las articulaciones, los huesos y los intestinos. Y también que es la fuente de proteínas «más limpia» y «más absorbible». (Al menos, eso es lo que dicen las empresas de suplementos de colágeno).
¿Qué es el colágeno?
El colágeno es una importante proteína estructural del cuerpo que se encuentra en nuestra piel, huesos, músculos, tendones y ligamentos. A medida que envejecemos, producimos menos colágeno. (Hola, arrugas y articulaciones que crujen).
Aunque hay al menos 16 tipos diferentes de colágeno, los tipos I, II y III constituyen entre el 80 y el 90 por ciento del colágeno de nuestro cuerpo.1
¿De dónde procede el colágeno?
Los suplementos de colágeno suelen proceder de pieles de vacuno (colágeno bovino) o de pescado (colágeno marino). Generalmente se presentan en un polvo sin sabor que se disuelve en el líquido. También pueden presentarse en forma de píldora o líquido.
El colágeno también puede encontrarse en los alimentos. El caldo de huesos, ciertos cortes de carne y aves de corral y el pescado (especialmente la piel) son buenas fuentes.
Algunas marcas promueven opciones de colágeno vegano o vegetariano, pero estos productos no contienen colágeno. En cambio, contienen nutrientes que pueden promover la producción de colágeno, como la vitamina C.
Colágeno para el dolor articular
De todos los beneficios del colágeno de los que se habla, éste es uno de los más estudiados. (¡Eh, queremos jugar al tenis sin que nos duelan las rodillas!)
Algunas investigaciones sugieren que el colágeno de tipo II podría favorecer la salud de las articulaciones cuando se toma con vitamina C.3 La parte de la vitamina C es importante, ya que el cuerpo necesita vitamina C para producir colágeno.
Dicho esto, las revisiones y los meta-análisis no han encontrado que los suplementos de colágeno beneficien a las personas con afecciones articulares como la osteoartritis y la tendinopatía, la ruptura de los tendones.5,6
Un argumento común es que, dado que el colágeno se fabrica generalmente a partir de huesos y cartílagos, debería contener todo lo que necesitamos para reparar estas partes de nuestro cuerpo. Sin embargo, la mayoría de los aminoácidos del colágeno son los que podemos fabricar nosotros mismos (como la glicina, la prolina y la alanina) o los que no podemos utilizar muy bien en nuestro cuerpo (como la hidroxiprolina).7
En resumen: Algunas investigaciones demuestran que el colágeno puede ayudar con los problemas de las articulaciones cuando se toma con vitamina C, pero la evidencia en general es débil.
Colágeno para la salud de la piel
El colágeno es lo que hace que nuestra piel esté rellena y elástica. Por eso, el colágeno y los ingredientes que lo mejoran son habituales en los productos para el cuidado de la piel. Asimismo, los suplementos de colágeno prometen aumentar la elasticidad de la piel y combatir las arrugas «desde dentro».
Aunque el colágeno tiene el potencial de mejorar la piel, las pruebas no son definitivas.
Tomar colágeno puede estimular la producción de ácido hialurónico en la piel, que mantiene la piel hidratada y rellena. Y una revisión encontró que los suplementos de colágeno aumentaron la elasticidad de la piel, la hidratación y la densidad del colágeno dérmico.10
Pero los suplementos de colágeno no hacen nada para reducir la colagenasa, una enzima que todos producimos y que degrada nuestras reservas de colágeno con el tiempo. Por lo tanto, los efectos positivos de tomar suplementos de colágeno sólo se pueden mantener si se siguen tomando esos suplementos indefinidamente.
Además, muchos de los estudios sobre el colágeno para la salud de la piel (así como otras áreas de la salud) han sido financiados y dirigidos por las empresas que han creado los productos. Los estudios financiados por la industria no siempre están sesgados, pero es un riesgo.